Menos sol, tierra reseca por los radiadores… El invierno supone riesgos para tus plantas. A continuación te explicamos cómo mimarlos para que pasen esta temporada.
No los sobrecargues.
Una planta es un ser vivo cuyas necesidades hídricas varían con el clima y las estaciones. Si las plantas de interior tienen sed en primavera y verano; en invierno, es un asunto completamente diferente. Primer consejo: riégalas menos, aproximadamente cada quince días. Conocer su nombre y buscar en Internet su tabla de mantenimiento le ayudará a realizar un seguimiento de sus ciclos de riego. De lo contrario, toca el suelo: si hace un poco de frío y humedad, espera. Si está seco, riégalo. También es importante, en invierno, utilizar agua fría pero no en exceso, y regar sólo por la mañana. Tus plantas tendrán todo el día para “digerir”. Evitarás la pudrición de las raíces, una dolencia invernal bastante común en las plantas.
Cerca de ventanas, lejos de radiadores
En invierno, no es una primicia, tus plantas deben beneficiarse del máximo de luz. Asegúrate de colocarlos cerca de las ventanas para que puedan beneficiarse de los rayos del sol, fundamentales para su crecimiento. En su lugar, mantenlos alejados de radiadores, estufas o chimeneas, que son fuentes de calor demasiado difíciles para ellos. A tus plantas no les gustan los choques térmicos ni las corrientes de aire. Para ellos la temperatura ideal en invierno es de 18°C.
Aumenta el nivel de humedad.
Dos soluciones. Puedes agrupar tus plantas para crear una pequeña jungla interior. ¡Lo apreciarán! Alternativamente, vierte una capa de guijarros de arcilla en platillos y coloca tus macetas encima. Mantenga de 2 a 3 cm de agua en cada recipiente. A medida que esta agua se evapora, aumentará la humedad alrededor del follaje y en la habitación. Esto es suficiente para combatir el aire reseco por el calor, que es responsable del desarrollo de cochinillas y otros parásitos.
déjalos en paz
Cuando cuidas tus plantas, tiendes a cuidarlas demasiado. Sin embargo, la mayoría de las plantas de interior duermen entre octubre y febrero: evita abonarlas, limita al máximo la cantidad de fertilizantes y, sobre todo, no trasplantes. Es mejor esperar a la primavera para estimularlas y prepararlas para su crecimiento.
Quitar el polvo
La única pequeña tarea que requieren tus plantas: quitar el polvo que se acumula en sus hojas, bloqueando toda la fotosíntesis. Con una esponja húmeda, un paño seco o un cepillo para cactus, espolvoréelos suavemente. Otro método más radical: ¡la ducha! Una vez al mes riega abundantemente las hojas, solo las hojas, para no ahogar las raíces. Tu manzana también será la mejor arma para prevenir la aparición de cochinillas.